Casi todos los chicles sin azúcar contienen E-951 |
Con esta entrada cierro la trilogía dedicada al edulcorante E-951, el aspartamo. Hasta ahora hemos visto sus controvertidos comienzos y los alarmantes resultados para la salud descubiertos por las investigaciones independientes. Esta semana toca buscar alternativas. Pero… ¿las hay?
Realmente es muy complicado y, en muchos casos, imposible. Infinidad productos «sin azúcar», «light» o «bajos en calorías» lo contienen y hay que estar muy atentos. Como ejemplo voy a centrarme en el ámbito de los chicles, un sector en el que se ha demonizado el azúcar como sustancia endulzante hasta el punto de que es dificilísimo encontrar chicles azucarados; aquí el aspartamo se ha convertido en el edulcorante número 1. Su omnipresencia llega a resultar irritante. Prácticamente todas las marcas lo utilizan.
Aunque he leído que unos chicles que comercializa la cadena Día y otros de la cadena ALDI no contienen aspartamo [Edito: he estado buscando en Día y ALDI y no he hallado ninguno sin aspartamo], en los únicos que he podido comprobarlo personalmente ha sido en ‘Jetgum’, una marca de Lidl. Pero, atención, porque solo es así en el envase que parece una bolsita porque en el resto de envoltorios (paquete, cajita…) sí llevan aspartamo. ¿Por qué? Es un misterio.
¿Cómo endulzan este chicle? Pues con un amplio surtido de edulcorantes que, aunque algunos también tienen sus ‘peros’, parecen ser menos potencialmente perjudiciales que el aspartamo. Concretamente:
Esta marca de Lidl, y en este envoltorio, es de los poquísimos chicles sin aspartamo |
Isomaltitol (E-953), Sorbitol (E-420), Xilitol (E-967), Manitol (E-421) y Maltitol (E-965)
Todos los aditivos terminados en «tol» contienen polioles en su composición, y un consumo abusivo puede tener efectos laxantes. Esta consecuencia es más acusada en los niños, debido a su menor peso corporal. Es muy interesante este artículo de Eroski Consumer a propósito de los chicles y sus aditivos.
Estos chicles también llevan otro edulcorante: Sucralosa (E-955). Con respecto a este aditivo también existen estudios advirtiendo acerca de sus posibles efectos nocivos sobre las bacterias beneficiosas del intestino.
Visto lo visto, parece que en esto de los chicles no existe una opción 100% saludable. Si te gusta masticar chicle no te queda otro remedio que elegir el mal menor.
Donde sí parece haber una alternativa clara al aspartamo es en el sector de los edulcorantes de uso directo, es decir, esos que los consumidores compran para endulzar su café, té, yogur, etc. Se trata de la stevia, una familia de plantas originaria de América del Sur que se consume en aquellas tierras desde hace más de 500 años, no solo por su poder endulzante, sino también por sus efectos antioxidantes, antiinflamatorios y anticancerígenos.
Planta de Stevia (Imagen de Irene Kightley) |
El extracto de stevia fue autorizado como aditivo edulcorante por la FDA en Estados Unidos en 1995 y por la EFSA en Europa en noviembre de 2011, asignándole el código E-960 y una IDA de 4 mg/kg de peso corporal. No obstante, y a pesar de que el consumo directo de la planta aún no ha sido legalmente autorizado (su legalización es un proceso complicado y caro), son muchas las personas que prefieren cultivar su propia stevia y luego machacar las hojas para utilizarlas como edulcorante. En este enlace dan algunos consejos para su cultivo.
No obstante, sus detractores advierten de que no es un edulcorante insípido, es decir, que cuando lo hechas en el café, por ejemplo, notas un sabor raro. Tienen razón, pero muchos otros edulcorantes también lo tienen y, me consta, que el consumidor se acostumbra en seguida a ese regusto de la stevia.
No quiero dejar de citar que también existen investigaciones según las cuales el consumo de grandes cantidades de la planta stevia (no del aditivo) puede reducir la fertilidad, aunque a este respecto existen estudios contradictorios.