Icono del sitio No+Aditivos

Aunque parezca mentira, hay pechuga de pavo sin conservantes ni fosfatos

[ACTUALIZACIÓN: He publicado una nueva entrada actualizando el panorama de la pechuga de pavo]

Llegó el momento de dedicar la prometida entrada a uno de las principales alternativas al jamón de york: la pechuga de pavo (también jamón de pavo). La principal sorpresa es que hay una marca que solo contiene dos aditivos, lo que la convierte en la más recomendable, El Pozo «al natural – artesano», que ha hecho un esfuerzo para evitar tanto los fosfatos como los nitritos, lo cual es muy de agradecer.

En esta tabla muestro gráficamente los aditivos que contienen los once productos cuyo etiquetado he analizado, con los habituales colores del semáforo, pero esta vez con una novedad: los he ordenado no por orden alfabético, sino de más recomendable a menos, ocupando el puesto número 1 el ya mencionado.

Tabla comparativa de los aditivos que contiene la pechuga de pavo

De los dos únicos aditivos que presenta El Pozo «al natural», solamente uno es poco recomendable: los omnipresentes carragenanos, E-407, cuyo abuso puede producir desarreglos intestinales y cuya utilización está desaconsejada en alimentos infantiles. Al margen de esto, lo cierto es que este producto de El Pozo está bastante bien y casi el 65% del producto es pechuga de pavo, en línea con el contenido de la mayoría de las otras marcas y variedades.

En este apartado destaca Serra Marina (de supermercados Lidl), con el 82% de pechuga de pavo, muy por encima de la mayoría. Lo malo es que este sí utiliza el nitrito sódico, E-250, como conservante, y los trifosfatos, E450, como estabilizante.

De los nitritos ya hablé en la entrada dedicada al paté; en este otro blog ofrecen consejos para reducir su consumo. También la unidad de alergias infantiles del Hospital La Fe de Valencia advierte de que «su consumo puede causar malestar general, cefalea y dificultad para respirar, además de ser un potencial carcinógeno» (puede producir cáncer).

Por otra parte, a los fosfatos ya me he referido otras muchas veces advirtiendo que pueden suponer un riesgo para la salud. Por su parte, el Hospital La Fe de Valencia indica que su ingesta «en grandes cantidades puede alterar el equilibrio calcio/fósforo».

La pechuga de pavo El Pozo «al natural»
solo contiene dos aditivos

En el gráfico se puede ver también que varias marcas recurren nuevamente al glutamato monosódico, E-621, para intentar disfrazar la baja calidad de su producto haciéndolo parecer al paladar más apetitoso de lo que realmente es. No es necesario recordar que este potenciador del sabor es poco recomendable para nuestra salud.

Resulta llamativo que una marca líder como Campofrío ocupe los últimos puestos de la clasificación debido a su abuso de los aditivos. Para colmo, en su variedad «Pavo sandwich» sólo el 45% es pechuga de pavo. Es decir, que más de la mitad de su contenido NO es carne (agua, fécula…).

En definitiva, El Pozo «al natural – artesano» se alza como el producto más recomendable entre todas las pechugas de pavo comparadas.

Salir de la versión móvil