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Los chicles con aspartamo podrían causar migraña en niños y adolescentes

Un reciente estudio de la universidad de Tel-Aviv (Israel) ha encontrado una relación directa entre el hábito de masticar chicles y el dolor de cabeza en niños y jóvenes de entre 6 y 19 años. Estos individuos masticaban chicle edulcorado con aspartamo entre una y seis horas al día, según el caso.

Casi todos los chicles hoy día llevan aspartamo

El profesor Dr. Natham Watemberg, que también ejerce como médico en el hospital Meir, encontró que 26 de los 30 pacientes afectados por migraña y que consumía chicles a diario, mejoraron sustancialmente tras dejar temporalmente ese hábito. Concretamente, al cabo de un mes, en 19 de ellos desapareció por completo el dolor de cabeza, y en 7 se redujo considerablemente la intensidad y la frecuencia de la migraña. Poco después, 20 de estos 26 pacientes que mejoraron volvieron a tomar chicle para comprobar si regresaban los síntomas. Antes de 2 semanas, todos ellos experimentaron nuevamente dolores de cabeza.

Existe cierta controversia acerca de si la causa de la migraña es el aspartamo o los efectos que sobre la mandíbula produce la acción continuada de masticar chicle. Esto es algo sobre lo que algunos estudios anteriores no terminan de ponerse de acuerdo.

Yo, como siempre, me aferro al principio de prudencia y, ante la más mínima duda, continuaré evitando el aspartamo en la medida de lo posible. No es la primera vez que una investigación asocia el dolor de cabeza con el consumo de este edulcorante. Por citar algunos: en 1989 varios investigadores liderados por el Dr. Lipton publicaron el estudio «Aspartamo como disparador dietético de la cefalea«. En 1994 se publicó la investigación «Ingestión de aspartamo y los dolores de cabeza: un estudio cruzado aleatorio«, realizado por el Dr. Van Den Eeden, entre otros.

Si te gusta el chicle y no quieres tomar aspartamo lo tienes complicado, pero no imposible. En una de las muchas entradas que he dedicado al aspartamo ya recomendé una marca que no lo contenía: las bolsitas de Jet Gum (en el Lidl). Pero, en cualquier caso, el consumo de chicle debe ser siempre moderado.

Y, una cosa más, no me parece adecuado que niños y adolescentes comiencen tan pronto a tomar edulcorantes si no padecen de ninguna patología como diabetes o similar. En todo caso, lo que tienen que hacer es moderar el consumo de chicles y golosinas, pero no sustituirlas por otras edulcoradas. Los niños de mi generación tomábamos chicles, chupachups y caramelos con azúcar, y la obesidad infantil no estaba tan extendida como ahora; así que ese no parece ser el problema, sino más bien el conjunto de hábitos alimenticios y el sedentarismo.

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