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Tortillas mexicanas, poca variedad y muchos aditivos

[ACTUALIZACIÓN 08/11/2015: He incorporado a la tabla la marca Nagual cuyas tortillas solo contienen dos aditivos. Siendo fiel a los criterios que aplico para asignar los puestos, la he colocado en segundo lugar ya que ambos aditivos son de color amarillo (es decir, que no hay problema con un consumo moderado de los mismos), pero perfectamente podría colocar esta marca en el primer puesto ya que Santa María contiene 5 aditivos (4 verdes y 1 amarillo), y Nagual solo 2].

Rosa, una amiga de este blog, el pasado mes de octubre propuso dedicar una entrada a las tortillas mexicanas, esas especie de tortas muy finas que igual te sirven para hacer un burrito que un taco. Pues bien, ¡por fin ha llegado el momento de hacer un análisis comparativo de este producto! Esta es la tabla correspondiente:

Tabla comparativa de aditivos en las tortillas mexicanas

No son muchas las marcas que he encontrado, pero sí que son muchos los aditivos que contienen. El producto que aparece en el primer puesto tiene nada menos que 5 aditivos. Ciertamente no son preocupantes, pero a mí no me parecen pocos… Se trata de una marca que, a pesar de llamarse Santa María, parece que es de Suecia y está extendida por muchos países europeos. Cuatro de sus cinco aditivos están en color verde (completamente inocuos), y el quinto está en amarillo porque algunas fuentes (como La guía de alergias editada por el Daily Telegraph)  advierten de que su consumo en grandes cantidades puede producir dolores de cabeza, sed, náuseas e hiperglucemias. Se trata del E-422, glicerol o glicerina. Afortunadamente, como no es un aditivo demasiado habitual en la alimentación, no parece probable que sea consumido en exceso, por lo que tampoco hay que preocuparse en demasía.

Imagen tomada por Jeffreyw

Otra ventaja que presenta esta marca con respecto a casi todas las demás es que no utiliza grasa de palma, poco recomendable para una buena salud cardiovascular. En su lugar usa aceite de nabina, que aquí en España conocemos como aceite de colza. Aunque en nuestro país ese aceite vegetal tiene connotaciones negativas en el imaginario colectivo debido a la intoxicación masiva que produjeron unos indeseables hace más de 30 años al vender aceite de colza que era para uso industrial, no apto para consumo humano. Sin embargo, se trata de un aceite que no es malo para la salud y que resulta mucho más recomendable que el de palma, que es el habitualmente utilizado por la industria.

Precisamente, el puesto dos de la tabla lo ocupa Hacendado de Mercadona, con aceite de palma y ¡9 aditivos! entre los que se encuentran un par de conservantes: sorbato potásico, E-202, y propionato cálcico, E-282. Con el primero algunas personas experimentan ligeras reacciones alérgicas (urticaria) poco frecuentes. Con respecto al segundo, algunas fuentes afirman que no se ha documentado ningún efecto nocivo en el ser humano, “aunque su actividad biológica es sospechosa. En Alemania se prohibió en 1988 y luego fue autorizado de nuevo al asumir las normas europeas” (Guía completa de aditivos alimentarios). Y según otras fuentes (como la Unidad de Alergia Infantil del hospital La Fe de Valencia) su consumo se relaciona con la aparición de migrañas. Ante la duda, siempre que podamos evitar su consumo, mejor. Esto también es de aplicación con respecto al E-281, propionato sódico.

En rojo encontramos los habituales fosfatos (E-450, en este caso), muy presentes en muchos productos y especialmente en los de panadería y repostería. Ya he comentado en infinidad de ocasiones que, en dosis elevadas, pueden disminuir la absorción de calcio, magnesio y hierro, así como desequilibrar la relación calcio/magnesio en el organismo. También se le relaciona con la aparición de TDAH.

También aparecen en rojo una pareja íntimamente relacionada: E-466 y E-468. Se trata de carboximetil celulosa y carboximetil celuosa sódica, respectivamente. Hasta hace poco los venía coloreando de amarillo, pero ahora los pongo en rojo ya que un reciente estudio con animales publicado en la prestigiosa revista Nature, relaciona su consumo con dolencias intestinales inflamatorias como la enfermedad de Crohn y la colitis. Benoit Chassaing, microbiólogo de la Universidad Estatal de Georgia y autor del estudio, no descarta que estos efectos apreciados en ratones también puedan darse en humanos. Así que, aplicando el principio de precaución, mejor evitamos el consumo de estos aditivos.

Podría comentar otros aspectos que me parecen sangrantes como las «tortillas de maíz» de Carrefour, que en realidad están hechas con un 34% de harina de trigo y solo el 24% de harina de maíz. Por no hablar de las «tortillas integrales de trigo» de Old El Paso, con solo el 18% de harina integral y un exiguo 9% de salvado de trigo, frente al 31,5% de harina refinada de trigo. Pero como no me quiero extender más de la cuenta, lo vamos a dejar aquí…

Así que la conclusión está clara. O Santa María o Hacendado, aunque la de Mercadona casi duplica el número de aditivos de la primera [con la nueva actualización de 08/11/2015, Nagual sería una de las dos marcas más recomendadas].

 

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