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Innecesarios nitritos y excesivos fosfatos en los alimentos

Nitratos y fosfatos.

Imagen de Campanilla Clochette (CC)

En las últimas semanas he compartido por FacebookTelegram y Twitter dos noticias que, aparentemente, no guardan relación entre sí, pero que realmente sí están vinculadas. Ambas, además, vienen a confirmar la postura que desde hace casi cinco años vengo defendiendo en esta página: NO utilizar MÁS ADITIVOS de los estrictamente necesarios. En dichas noticias, dos importantes organizaciones advierten del uso de innecesarios nitritos y excesivos fosfatos en la industria alimentaria.

Nitritos y nitratos

De un lado, la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) ha llegado a la conclusión de que se añaden a los productos cárnicos más nitritos/nitratos de los necesarios. Tras analizar 43 productos en un laboratorio encontraron que la mitad de ellos contenían nitritos o nitratos, mientras que la otra mitad carecía de estos aditivos que pueden llegar a resultar cancerígenos. También analizaron la higiene y no encontraron bacterias patógenas en ninguno de estos alimentos. Repito: en ninguno de ellos. Es decir, que los que estaban libre de conservantes tampoco tenían bacterias. Su higiene era igual de buena que la de los otros.

¿Esto qué significa? Pues que no es necesario añadir ese tipo de conservantes si el fabricante utiliza una materia prima de calidad y cuida la higiene durante todo el proceso de fabricación, almacenamiento y transporte. O, dicho de otra manera, cuando compramos un producto sin nitritos/nitratos, no solo evitamos consumir esos conservantes, sino que su ausencia es un claro indicio de que se trata de un producto de gran calidad y con unas medidas extremas de higiene en el proceso de fabricación. Esto no quiere decir que todos los que sí utilizan nitritos/nitratos no sean de calidad o higiénicos… simplemente no podemos saberlo. Y, ante la duda…

Fosfatos

De otro lado, la sociedad Española de Nefrología advertía de que estamos consumiendo entre dos y cuatro veces más fósforo del necesario, proveniente en buena parte de los aditivos basados en fosfatos. Este exceso, advierten, puede ser perjudicial para el riñón, además de calcificar los vasos sanguíneos y descalcificar los huesos. Por ello exigen que, al menos, se indique en el etiquetado la cantidad de fósforo que contiene cada alimento. Esto, añado yo, sería importante que se especificara en todos aquellos aditivos para los que existe una Ingesta Diaria Admisible (IDA), es decir, un nivel máximo de consumo establecido por las autoridades alimentarias.

Aunando ambas informaciones, se ve claro cómo dos importantes organizaciones reclaman la reducción en el uso de dos familias de aditivos que son utilizados con demasiada frecuencia en la producción de alimentos, especialmente en los procesados. Esto viene a demostrar que no estábamos tan locos quienes venimos advirtiendo desde hace tiempo del uso excesivo de algunos aditivos.

Quiero finalizar resaltando algo muy importante y muy grave que apunta la Sociedad Española de Nefrología con respecto al uso indiscriminado de algunos aditivos: «creemos que la Europa de los ‘lobbies’ ha prevalecido sobre la Europa de los consumidores y de las personas, y entre todos tenemos que hacer un esfuerzo por revertir esta situación, priorizando la salud pública sobre los intereses comerciales de la industria alimentaria«.

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