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Alubias en bote: ¿Para qué le añaden porquerías?

Son indiscutibles los beneficios para la salud de las judías blancas o alubias: Alto contenido en fibra soluble e insoluble, hierro, vitaminas… Se pueden adquirir tanto secas como ya cocidas envasadas en bote de cristal. La ventaja de estas últimas es que están listas para su consumo y que, además, no corres el riesgo de que se queden duras. El problema viene a la hora de comprobar los aditivos que incorporan a este producto la inmensa mayoría de marcas. Como ejemplo analizamos las de Hacendado, Carrefour y El Hostal:

Antioxidante E-385 (EDTA o etilen diamino de calcio y sodio). Este aditivo está presente en las alubias de las tres marcas. Es de origen sintético y se caracteriza por ser un potente secuestrante de minerales. De hecho en farmacología se utiliza en casos de intoxicación por metales pesados. Por ese mismo motivo, el consumo de más EDTA de lo aconsejable puede provocar la reducción de los minerales presentes en el cuerpo (por ejemplo el hierro). Es decir, que igual nos hinchamos de comer estas alubias para tener más hierro y lo que conseguimos es el efecto contrario. Según el apartado específico sobre alimentación en la web de la universidad de Oregón: «Puede llegar a provocar trastornos intestinales, calambres musculares, daño renal y sangre en la orina«.
Su IDA es de 2,5 mg./kg. de peso corporal.

Antioxidante E-330 (vitamina C) [alubias El Hostal]. Ya lo comenté cuando hablé de las aceitunas rellenas. No presenta problemas.

Antioxidante E-220 (dióxido de azufre) [alubias de Carrefour]. Cuando el azufre entra en combustión produce dióxido de azufre, que es utilizado en la industria alimentaria por sus propiedades conservantes. Está emparentado con la familia de los sulfitos y, por tanto, las precauciones son las que ya hemos indicado con anterioridad en este mismo blog. Puede reducir el contenido vitamínico de los productos. Además puede provocar problemas de respiración en personas asmáticas.
Su IDA es muy pequeña: solo 0,7 mg./kg. O sea, que no es difícil superar la cantidad máxima aconsejable.

–  Antioxidante E-224 (metabisulfito potásico) [alubias El Hostal y Hacendado]. Este también pertenece a la familia de los sulfitos con todos los potenciales perjuicios que eso conlleva. Su IDA también es de 0,7 mg./kg.

A propósito de los sulfitos y del dióxido de azufre, la empresa alimentaria mexicana Grupo Industrial AISA S.A., advertía en su página web de lo siguiente: «En concentraciones normalmente empleadas de 500 ppm máximo no generan olores indeseables ni son tóxicos para la mayoría de los individuos. Sin embargo, diversos estudios muestran que hay individuos, sobre todos aquellos que padecen asma, que son sensibles a los sulfitos y sufren de broncoespasmos; aún las personas sanas, cuando los consumen en exceso, pueden padecer constricciones bronquiales. Por otra parte, estos compuestos se han relacionado con el desarrollo de cáncer en ratas en ciertas condiciones de administración«.

Lo más gracioso de todo esto es que, al parecer, la principal función de muchos de estos aditivos en este producto es básicamente estética ya que sirve para que las alubias luzcan un impecable color blanco.

La buena noticia es que hay alternativas, aunque más caras. Concretamente he encontrado las alubias blancas de Carrefour Bio (1,81 euros) y las alubias de cultivo ecológico de Monjardín, una marca disponible en ALDI y en otros establecimientos (1,89 euros).

Esto demuestra que es perfectamente posible comercializar alubias blancas (y también lentejas) cocidas en bote sin ningún tipo de aditivos. El hecho de que sean de cultivo ecológico (y por lo tanto más caras) no tiene nada que ver con los aditivos que llevan las otras marcas. Lo que ocurre es que los fabricantes saben que el «consumidor ecológico» no quiere porquerías en los productos que compra y, además, no le importa que el color no sea tan inmaculado y atractivo. Por eso no añaden aditivos.

Conclusión: Lo mejor es gastar un poquito más y optar por estas alternativas ecológicas, o directamente utilizar las legumbres en seco, aunque tengamos que entretenernos en prepararlas nosotros.

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