Tampoco algo tan aparentemente natural como la horchata de chufa se libra de los aditivos. En teoría se trata, simplemente, de agua, chufas y azúcar. Pues no. Al final tomar horchata sin ‘añadidos’ resulta una misión casi imposible.
He buscado en diversos establecimientos y he mirado tanto marcas blancas como marcas líderes, pero no he encontrado ninguna horchata que no contenga aditivos. Pongo como ejemplo la de Mercadona cuyos aditivos son:
- E-472c. Sobre este emulsificante (Ésteres cítricos de los mono y diglicéridos de los ácidos grasos) ya hablé en esta entrada y no parece presentar problemas. Como en la leche Omega 3, se trata de un emulsificante del que no nos podremos librar fácilmente ya que sirve para que se mezcle bien el agua con los ácidos grasos que contienen las chufas. Aunque para su producción se usan aceites vegetales, el uso de grasa animal (incluída la de cerdo) no puede ser descartada. Por lo tanto, los vegetarianos estrictos, los musulmanes y los judíos suelen rechazan los productos que contienen el E-472c.
- E-407. Nos encontramos nuevamente con los dichosos carragenanos. Hablé de ellos en la entrada acerca del batido de chocolate y quedó claro que su consumo no es aconsejable en niños pequeños, aunque yo recomendaría evitar su ingesta en todas las edades, siempre que sea posible.
Chufi |
Así pues, el E-472c (y su primo casi idéntico el E-471) parecen inevitables. Pero sí que podemos dejar a un lado a los carragenanos ya que no están presentes en todas las horchatas. Solo hay que estar atentos y evitar las marcas que los contienen. Por ejemplo, Chufi podría ser una buena opción, pero no es la única, solo hay que mirar los ingredientes.
Otra opción interesante es probar a hacer horchata casera. En esta web nos explican cómo. Eso sí, sería para su consumo inmediato ya que no aguanta muchas horas una vez elaborada.