Esta sustancia se encuentra en el medio ambiente de manera natural y también a consecuencia del uso de fertilizantes en agricultura y por diversas actividades industriales. Con respecto a su uso como aditivo, la OCU ha llegado a la conclusión de que su uso es innecesario tras comprobar en un estudio que los alimentos a los que no se les había añadido estos conservantes no contenían bacterias patógenas. Por el contrario, un uso intensivo de estos aditivos en algunos productos podría ser síntoma de que la materia prima es de baja calidad o de que no se cuidan las medidas de higiene todo lo que se debiera en el proceso de producción.
Los posibles efectos negativos para la salud de este aditivo son los siguientes:
- Puede provocar urticaria y angioedema.
- Tóxico para los bebés debido a que bloquean el transporte de oxígeno y puede provocar cianosis.
- El nitrito se transforma en el estómago en nitrosaminas, que son cancerígenas y dañan el hígado y la dotación genética.
- Su consumo se relaciona con un aumento del riesgo de sufrir diabetes tipo 2.
Fuentes
– Guía de alergias para residentes y Atención Primaria
– Dietary exposure to nitrites and nitrates in association with type 2 diabetes risk
– ¿Veneno en su plato?
– Guía completa de aditivos alimentarios
– Tabla de aditivos. Los números E
– Guía definitiva para interpretar etiquetas alimentarias
– Contaminantes químicos de los alimentos