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Han pasado algo más de dos años desde que dediqué una entrada al paté y, la verdad, no fue nada halagüeña ya que únicamente encontré sin aditivos una pequeña gama de productos de Carrefour.
Ahora ha llegado el momento de revisar la oferta de patés que hay en el mercado. Me he limitado a los que están elaborados con hígado, dejando de lado sucedáneos como los de salmón, atún, jamón york, etc. Aún así me ha salido una tabla comparativa con ¡70 productos diferentes! (una tarea agotadora…).
El resultado obtenido ahora es positivo ya que he encontrado nueve productos que están libres de aditivos.
Tabla comparativa de aditivos en el paté
A los cinco patés de Carrefour sin aditivos de hace dos años, ahora se suma un paté de pato de Día, uno de perdiz de PRC Gourmet y dos más de La Piara que tiene en el mercado una línea de productos denominada «Sólo natural» en la que prescinde completamente de los aditivos. Es una muy buena noticia ya que los de Carrefour y el de Día (ignoro si el de PRC también) son patés de una textura bastante basta, poco atractiva para los niños. Sin embargo, el de la Piara es muy parecido al tradicional.
El texto en color marrón no se aprecia con el fondo oscuro de la gelatina en este paté de Carrefour
Por cierto, hablando de Carrefour, he «castigado» uno de sus productos refrigerados en la última posición de la tabla por deficiencias de lectura en su etiquetado. Como se puede apreciar en la imagen, han puesto la letra del mismo color que la gelatina que rodea al paté, por lo que resulta imposible leer el texto al completo.
De otro lado, también he detectado una anomalía en el etiquetado de la marca Capdevila ya que declara utilizar el aditivo E-637, que no existe. Imagino que en realidad se refiere al potenciador de sabor E-627. Lo que me preocupa es que ningún organismo público revise el etiquetado de los productos para garantizar que se corresponde con la realidad. ¿Qué pasaría si a alguna marca se le olvida declarar sus aditivos o un alergeno en el etiquetado? No es la primera vez que reflexiono en voz alta sobre la credibilidad de las etiquetas de los alimentos.
Por lo demás, como se puede observar en la tabla, el resto de marcas contiene el conservante nitrito sódico, E-250, que puede ser un precursor de las cancerígenas nitrosaminas. Por eso he dado preferencia a los productos que añaden también otros aditivos que evitan su formación como El E-300, E-301, E-306 o E-316. A propósito de este último, eritorbato sódico o isoascorbato de sodio, hasta hace poco lo ponía de color verde, pero ahora prefiero colorearlo de amarillo. Este cambio de opinión se debe a que algunas de las fuentes consultadas advierten de que tomado en exceso puede inhibir la absorción de la vitamina C natural ya que compite con ésta en el organismo.
Algunos detalles más: en la tabla he agrupado en la misma fila algunos productos distintos de la misma marca ya que coinciden sus aditivos, tipo de hígado utilizado, envase, presentación y azúcares. Normalmente son los de «a la pimienta» y «finas hierbas» que son muy parecidos. Y una última cosa; hay muchos productos que se llaman paté de perdiz, faisán, codorniz o similares que en realidad utilizan hígado de otro animal distinto, pero añaden un pequeño porcentaje de carne de esas aves y no dudan en denominarlo así. A mí me parece más honesto el etiquetado de los patés de Carrefour sin aditivos, que se llaman paté «con jabalí», «con ciervo», etc.
En conclusión: no hay que abusar del paté por su alto contenido calórico, pero cuando lo tomes procura evitar los aditivos, especialmente los potenciadores del sabor, carmín y carragenanos. Y si consumes paté con el E-250, procura que también contenga alguno de las sustancias que dificulta la formación de nitrosaminas.