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La leche con calcio: demasiados fosfatos e innecesaria

Leche

Autora de la imagen: Liz West

Una amiga de este blog, Mª Carmen, me sugirió realizar un estudio comparativo de la leche con calcio. Como intento satisfacer todas las peticiones que me llegan, aquí va una nueva entrada dedicada a este producto.

Antes de nada quiero aclarar que menciono las marcas, pero no indico si se trata de leche entera, desnatada o semi, ya que he observado que las tres variedades contienen los mismos aditivos, por lo que nos da igual una que otra en este aspecto.

La principal conclusión, a la luz de los datos recogidos, es que casi todas las marcas contienen fosfatos (al menos las que yo he encontrado), lo cual no me parece una noticia positiva. La buena nueva es que al menos una, Milsani de Aldi, se encuentra libre de esas sustancias. En esta tabla se puede comprobar fácilmente.

Tabla comparativa de aditivos en la leche con calcio

De un lado están las marcas que añaden ortofosfatos de sodio (E-339) o de calcio (E-341). Y de otro las que incorporan trifosfatos (E-451) o polifosfatos (E-452). Existe la sólida sospecha de que, en caso de consumo regular, todas estas sustancias reducen la absorción del calcio, desequilibrando la relación calcio/fósforo las dos primeras, o desequilibrando la relación calcio/magnesio las dos segundas (por lo cual su uso resulta paradógico en una leche enriquecida con calcio). El consumo de fosfatos también ha llegado a relacionarse con el TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad). Y no está de más tener en cuenta las advertencias realizadas por el Dr. Eberhard Ritz, del centro de nefrología de Heidelberg (Alemania), sobre los posibles riesgos para la salud que supone el consumo de fosfatos.

Sin embargo, Milbona (Aldi) en vez de fosfatos añade otro aditivo basado también en calcio pero inofensivo: el carbonato de calcio (E-170). Esto demuestra que es posible ofrecer al consumidor una leche enriquecida con calcio sin utilizar aditivos que se encuentran bajo sospecha (aunque, lógicamente, su uso está permitido por la legislación vigente).

Pero, llegados a este punto, cabe preguntarse si resulta necesario consumir este tipo de productos para complementar nuestra ingesta de calcio. La respuesta es NO. Así lo afirma Consumer Eroski basándose en que la diferencia de calcio entre la leche normal y la enriquecida es de solo un 30% como máximo. En esa misma idea abunda la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios). De hecho, en su revista «Compra Maestra» de septiembre de 2007 dedicó un artículo a las leches enriquecidas bajo el título «inútiles y caras». En dicho artículo, la OCU afirmaba que «en la mayoría de los casos una alimentación variada y natural puede proporcionar todos los nutrientes necesarios que tan caros se pagan con los suplementos añadidos«.

De otro lado, no son pocas las personas que ponen en duda los beneficios del consumo de leche en la edad adulta. Yo, particularmente, opino que a una persona sin intolerancias específicas a los lácteos no le hace mal la ingesta de leche. En cualquier caso, para que formes tu propia opinión, aquí puedes leer un artículo publicado en Ecoosfera que desaconseja su consumo.

También te invito a leer un interesante artículo del Dr. López Heras sobre la dieta vegetariana equilibrada ya que en el apartado dedicado al calcio ofrece datos interesantes sobre las posibles fuentes de calcio y la necesidad de tomarlo en combinación con otras sustancias como la vitamina D.

En definitiva, solo la leche con calcio Milsani de Aldi me parece recomendable puesto que no le añaden fosfatos.

Fuentes:
– “¿Veneno en su plato?”. Editado por la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios).
– “Guía completa de aditivos alimentarios“.

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