El E955, sucralosa, es un edulcorante artificial sintetizado a partir de la sacarosa y que tiene un poder endulzante unas 600 veces superior a ésta.
Algunos experimentos con ratas han detectado que el consumo de este edulcorante puede afectar negativamente a la flora intestinal, llegando a disparar la intolerancia a la glucosa. No obstante, las autoridades de seguridad alimentaria consideran que el intestino de los roedores es muy diferente al humano. Otro estudio preliminar realizado con personas ha encontrado que el consumo de sucralosa afecta al índice glucémico.
De otro lado, hay que tener especial cuidado con los productos industriales que utilizan aceites vegetales y sucralosa ya que una investigación ha concluido que al calentar aceites en presencia de este aditivo se pueden formar compuestos tóxicos.
Por último, cabe destacar otro estudio del año 2018 cuyos resultados demuestran que una parte considerable de la sucralosa consumida se acumula en el tejido graso de las ratas, por lo que no se descarta que pueda ocurrir lo mismo en los seres humanos.
De otro lado, algunos estudios apuntan a que un consumo continuado de edulcorantes artificiales puede favorecer la aparición de obesidad y diabetes.
Fuentes
– ¿Veneno en su plato?
– Guía definitiva para interpretar etiquetas alimentarias
– Artificial sweeteners induce glucose intolerance by altering the gut microbiota
– Formation of polychlorinated naphthalenes during the heating of cooking oil in the presence of high amounts of sucralose
– Evaluación comparativa de la diabetogénica en edulcorantes artificiales
– Intestinal Metabolism and Bioaccumulation of Sucralose In Adipose Tissue In The Rat
– Sucralose affects glycemic and hormonal responses to an oral glucose load
– Los edulcorantes artificiales pueden estar dañando tu intestino
