El dióxido de azufre o anhídrido sulfuroso (E220) es un conservante y antioxidante que inhibe el crecimiento de levaduras , hongos y bacterias. Este aditivo se engloba en el grupo denominado genéricamente «sulfitos». Su uso puede enmascarar la baja calidad sanitaria de los productos.
El consumo de un producto que contenga sulfitos puede desencadenar, en personas sensibles, graves reacciones de hipersensibilidad: crisis asmáticas, urticaria-angioedema, alteraciones gastrointestinales, hipotensión, cefalea e incluso un shock anafiláctico. Las personas asmáticas tienen un riesgo especialmente alto. Según las agencias de seguridad alimentaria, esta sensibilidad a los sulfitos es frecuente.
La EFSA (Agencia Europea de Seguridad Alimentaria) estima que la población en general está consumiendo más sulfitos de la cantidad máxima recomendada, establecida en 0,7 mg/kg. de peso corporal. Por eso, no descarta reducir esa cantidad límite en el futuro, para lo cual ha encargado una nueva reevaluación de este tipo de aditivos.
De otro lado, los sulfitos degradan algunas de las vitaminas presentes en los productos.
Es obligatorio que se declare su presencia en el etiquetado de los productos que lo contienen en una concentración superior a los 10 mg./l. o 10 mg./kg. (según el caso).
Fuentes
– ¿Veneno en su plato?.
– Guía completa de aditivos alimentarios.
– Tabla de aditivos. Los números E
– Guía definitiva para interpretar etiquetas alimentarias
– Biogenic amine accumulation in ripened sausages affected by the addition of sodium sulphite
– Sulfite sensitivity: significance in human health. Journal of the American College of Nutrition