El ibuprofeno y los aditivos

Ibuprofeno de Dennis Skley

Imagen de Dennis Skley

El ibuprofeno ha sido uno de los protagonistas de esta semana como consecuencia de la alerta de seguridad lanzada por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, después de la última revisión realizada a este medicamento por la Unión Europea.

Básicamente se desaconseja «la administración de dosis altas de ibuprofeno (iguales o mayores a 2.400 mg/día)» ya que se incrementa el riesgo de padecer trombosis arterial. De otro lado, también recomienda que se tengan en cuenta los «factores de riesgo cardiovascular del paciente», antes de prescribirle un tratamiento a largo plazo con este medicamento, aunque no se alcance la dosis diaria de 2.400 mg/día.

Estoy completamente de acuerdo con la activación de esta alerta de seguridad ya que considero que los ciudadanos tenemos que ser conscientes de los posibles efectos adversos que pueden producir algunos medicamentos en nuestro organismo.  Lo que ha sobrado ha sido la intervención del ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, quitándole hierro al asunto y asegurando que no hay motivo de preocupación porque el medicamento es seguro cuando se ingieren «dosis normales».

A ver, señor ministro: ¿Qué problema hay en que la gente tenga respeto a los medicamentos y no se los coma como golosinas? Además, aquí nadie discute si el ibuprofeno es seguro o no. Lo que se intenta es concienciar a la población de que solo lo tome cuando sea necesario y en la dosis más baja que haga remitir los síntomas. Según el prospecto de este medicamento, incluso en dosis inferiores a los 2.400 mg/día se pueden producir efectos adversos frecuentes (en el 10% de los pacientes) como, por ejemplo: problemas gastrointestinales, erupción en la piel, dolor de cabeza, mareos o vértigo, entre otros. Por eso es importante que este (y el resto de medicamentos) se tome únicamente en caso de necesidad.

Pues eso es, precisamente, lo mismo que ocurre con los aditivos: el grueso de la población los toma con absoluta despreocupación sin saber que también muchas de estas sustancias tienen unos límites de consumo diarios establecidos por las autoridades sanitarias y que se denomina IDA (Ingesta Diaria Admisible).

A mí me gusta comparar los aditivos con los medicamentos porque entiendo que, en general, ambos son de utilidad, deben tomarse solo en casos de necesidad y existen unas dosis máximas que no se deben superar. Pero, mientras que en el caso de las medicinas eso se tiene más o menos asumido, en el ámbito de los aditivos no. La inmensa mayoría de los consumidores piensa que todos los aditivos se pueden ingerir sin límite, y eso no es así. Es más. algunos aditivos tienen una IDA realmente baja como, por ejemplo, estos:

  • La IDA en algunos colorantes como el E-127 o el E-133 es de solo 0,1 mg. por kilo de peso corporal. Cuando un niño se atiborra de chuches de colorines no es muy difícil que supere ese límite.
  • En el dióxido de azufre (E–220) y los sulfitos en general el límite de la ingesta se sitúa en 0,7 mg./kg. Como ya comenté en alguna entrada anterior, un estudio de la OCU detectó que  “alguna de las hamburguesas analizadas lleva el 90 por ciento de la IDA de sulfitos para un niño, por lo que no debería tomar más sulfitos en ese día“. Según los datos de ese mismo estudio, un adulto solo necesitaría comer entre tres y cuatro de esas hamburguesas en un día para estar en la misma situación. Si además toma vino, alubias de bote o alguno de los cientos de productos que contiene sulfitos, habrá superado con creces los límites que marca la legislación.
  • En los nitritos, la IDA es de tan solo 0,06 mg./kg. Este aditivo también llega a nuestro cuerpo por infinidad de fuentes alimenticias.
  • En los ferrocianuros (E535, E-536, E-538) el límite máximo es de 0,025 mg./kg. Este aditivo se añade como antiaglomerante a la sal.
Ibuprofeno de Mzuckerm

En Estados Unidos se vende el ibuprofeno en comprimidos de 200 mg. en botes como este. Imagen de Mzuckerm

Como en el etiquetado de los productos no se informa de la cantidad que contienen de cada aditivo, los consumidores desconocemos si con la suma de productos que ingerimos a lo largo del día estamos cerca o lejos de ese límite marcado por las autoridades (aunque estos límites se hayan calculado con mucho margen para «garantizar» que no se produzcan problemas de salud). Ante este desconocimiento, yo procuro elegir aquellos productos con menos aditivos, de la misma manera que solo tomo medicamentos cuando es necesario y con la menor dosis posible que resulte efectiva.

Por cierto, volviendo al ibuprofeno, desde que descubrí que en Estados Unidos este medicamento lo venden en comprimidos de 200 mg. y tras comprobar que muchas veces esa dosis me resulta efectiva, ahora lo que hago es partir en dos los comprimidos de 400 mg., que es el que mayoritariamente se vende aquí en España, y así me tomo una, dos o tres mitades (200, 400 o 600 mg.), según sea la intensidad del dolor.

Termino recomendando este post del Dr. López Heras en el que aporta datos muy interesantes sobre el consumo de antiinflamatorios.

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Acerca de Moisés Chacón

Periodista interesado en temas de salud

13 Respuestas a El ibuprofeno y los aditivos

  1. Anónimo dice:

    Gracias por la información he llegado a la conclusión de que encima que no nos queda más obligación que consumir ya sea a través de la alimentación ,bebidas etc que es un esfuerzo económico por los precios y sueldos hoy en día nos envenenan y enferman.
    .

  2. Elorth dice:

    Hola me llamo Laura y he encontrado hoy tu blog de casualidad. Hace poco me han diagnosticado malabsorcion a la fructosa y al sorbitol, me han dicho que es muy común, y voy mirando las etiquetas y a veces me horrorizo de todo lo que puedan llevar, y a veces nos echamos a reír de como algo pueda tener azúcar si es un producto salado o al revés, grandes de la industria!
    Te agradezco que pongas en algunas tablas si contiene fructosa y el sorbitol (e-420). Por cierto no he encontrado ni un solo chicle sin sorbitol!

    En el tema del ibuprofeno,
    Yo desde que en unas vacaciones en Francia me quedé sin ibuprofeno y fui a una farmacia con mi blister de 650 y se echaron las manos a la cabeza y me dieron el de 200 y me fue mejor que el de 650 he disminuido considerablemente mi consumo de ibuprofeno a los de 200.

    Muchas gracias por todo!

    • Hola, Laura.
      Bienvenida al blog.
      Tal y como comentas, parece que no existe ni un solo chicle sin sorbitol. No sé si has visto la entrada que dediqué recientemente a los chicles. En la tabla, TODOS contienen E-420.
      Es muy interesante lo que comentas del ibuprofeno en Francia. Viene a demostrar que aquí nos venden los medicamentos en dosis y cantidades exageradas. A ver si aprendemos del ejemplo de otros países.
      Gracias a ti por dejar tu comentario.
      Saludos.

  3. Toño dice:

    Por cierto, completamente de acuerdo en lo de no abusar de los medicamentos!

  4. Toño dice:

    Hola Moisés, me gustaría matizar lo que explicas de las IDAs.

    Existe el llamado Nivel sin efecto adverso observado (NOAEL en inglés), que es el máximo que podemos consumir diariamente en nuestra vida sin que se observen efectos perjudiciales. Este valor se multiplica por cien (generalmente se aplica ese factor de seguridad) y así obtenemos la IDA.

    Es decir, la IDA no es lo que yo pueda comer hoy o mañana, sino lo que coma todos los días de mi vida. Para superar la IDA tendría que comer dos hamburguesas con vino ¡todos los días de mi vida!. Esto es como las grasas saturadas: no son malas, lo que es malo es abusar de ellas todos los días.

    En las chuches pasará igual: que un niño se atiborre un día no tiene ningún efecto (mucho peor será el abuso de azúcar), lo importante es la dosis que ingiera día a día.

    Un saludo

    • Hola Toño.
      Gracias por tu comentario que aporta una visión tranquilizadora sobre los aditivos (como la del Ministro con el ibuprofeno). Yo creo que, en el fondo, estamos de acuerdo, pero sigo pensando que es bueno que la población conozca que no debe atiborrarse a diario de algunos aditivos (igual que tampoco debe hacerlo de grasas saturadas o azúcar).

      ¿En el caso de qué aditivos se han estudiado los efectos reales de su ingesta diaria durante toda la vida de un individuo? En general se realizan estudios a corto plazo cuyos resultados se proyectan mediante cálculos matemáticos abstractos, no como consecuencia de la observación directa de sus efectos en individuos a muy largo plazo. Por no meternos en el jardín de la escasez de datos sobre sus posibles efectos combinados (efecto cóctel).

      Yo no pretendo asustar ni alarmar a la población (entre otros motivos porque tampoco hay motivos de alarma), sino hacer una llamada a la moderación en el consumo de aditivos, especialmente en aquellos productos en los que existen alternativas con menor cantidad de ellos. Simplemente. Entiendo que esto puede no ser del agrado de parte de la industria alimentaria ni de las empresas de análisis alimentarios 😉

      Un saludo.

      • Toño dice:

        Pues supongo que se han estudiado todos los aditivos porque se rigen por «listas positivas», es decir, tienen que aprobarse previamente para poder usarlos (a diferencia del resto de alimentos, que han de prohibirse para no poder comercializarlos, si es el caso). Y se están reevaluando continuamente. Sobre cómo se hacen esos estudios, es cosa de los toxicólogos y ahí no entro porque no sé, pero claro, no tenemos a un fulano al que le damos sulfito a diario a ver qué pasa 😉

        El efecto cóctel se estudia aunque falte información. Pero esto es así para todo y se hace lo que se puede con la información de que se dispone, si lo llevamos al extremo no comeríamos nada: nitratos en las espinacas, solanina en las patatas, acrilamida en los horneados, benzopirenos en las parrillas… Es así desde que el hombre es hombre.

        Creo que mucha gente podría no entender lo de las IDAs, y sí alarmarse al saber que podía superarlas el día que el vecino le invite a una barbacoa, por eso hice el comentario. Aunque entiendo que puede no ser del agrado de los ortoréxicos 😉

        PD: es broma, ¿eh?

  5. Nieves dice:

    Entre esto y lo del paracetamol (http://www.migueljara.com/2015/04/13/el-paracetamol-es-ineficaz-en-la-reduccion-del-dolor-segun-un-amplio-estudio/) no nos queda otra que tirar por el camino de la prevención.

    Más comida «real» y deporte también real es lo que necesitamos…

    Muy buena esta nueva linea que tomas…

    • Hola Nieves.

      Tu comentario me ha recordado al programa que ponían los viernes por la tarde en la televisión: «Más vale prevenir», presentado por Ramón Sánchez Ocaña.

      Pues eso, más prevención y menos medicamentos (siempre que sea posible).

      Saludos.

  6. Aránzazu dice:

    Hola Moisés,

    Muy interesante este post, como siempre. Gracias.

    Saludos.

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